DECIDÍ ENTREGARME

* Tienes un poquito alta la presión - me dijo-

- Mientras pensaba, ¡¡¡La cueita!!! Crisis de pánico, obeso, odioso, enojón, pelao y ahora con la presión alta.

Rico... ¡el medio partido en el que me estoy convirtiendo...!

* Te duele el pecho - arremetió ella -

- Si a veces me duele un poco...

* MMMMMMM…

- Las letras "M" me producen tantas cosas, pero depende de la situación, en este caso un pánico atroz

* ¿Haces deporte?- dijo la profesional de la salud

- Ahí, inflé el pecho y le dije, si juego a la pelota los domingos pero hace como un mes que no lo hago...

* ¡Si quieres que te de un infarto sigue haciéndolo! –fue lapidaria -

- Ya tenía miedo… pero ahí la cagó… estuve todo el puto día asustado… tenía puras ganas de irme a vivir a urgencias de una clínica y pasar ahí el resto de mis días.

* Si quieres jugar a la pelota los domingos debes al menos hacer ejercicios 3 veces más durante la semana.

- Uff me salvé del infarto por esta vez

* Necesito que te hagas un examen para revisar tu presión arterial, este examen se hace durante 24 horas, te pondrán una máquina, bla bla bla…

- Igual salí achacado, cada día que pasa me encuentras más cosas que a mi viejo. Creo que finalmente me heredó todos sus problemas de salud.


Así que, haciendo un aro en mi vida decidí entregarme… Si, entregarme… a la vida y por supuesto a la muerte, quiero que el miedo se vaya, quiero que desaparezca de mi vida, ya no quiero sentirlo, es algo terrible quieres gritar, correr, golpear tu cabeza en la muralla, tomar un cuchillo y clavarlo en el pecho, tomar un pistola y dispararte justo en medio de las cejas, gracias a dios soy lo suficientemente cobarde como para atentar contra mi vida.

Por todo esto decidí entregarme, vivir cada día como si fuera el último y esperar que llegue el día de mi muerte, pero esperarla en paz, en paz conmigo y con el mundo, aunque quizás nunca pueda estar en paz con el mundo entero, se que no he sido del todo bueno (una persona de bien) soy tan humano, tan humano... Que cometo mil errores de los que me arrepiento y creo que de muchos me arrepentiré el resto de mis días.

Pero eso… eso es todo lo que quiero vivir disfrutar cada segundo de mi vida y morir, morir tranquilo, sin miedo…